Tengo una canción,
una habitación,
tengo una muñeca que regala besos,
Nada en especial,
un emotival
no sé cuántos huesos
y una foto de papá y mamá...
¡qué jóvenes están!
Tengo que aprender
uno y uno: tres,
ya se que la vida
es una herida
absurda.
Ganas de matar,
dos copas de más,
una risa curda,
un libro viejo de Robert Arlt
que no me deja en paz.
Tengo una cruz
de estrellas en el sur.
Y, además,
hoy por hoy,
donde voy?
loco,
mareado por los focos
de azúcar y de sal,
de miedo y vanidad.
Del siglo que cumplí,
del pibe que no fui,
de todo lo que deja cicatriz.
Y no hay manera de evitar
el salto mortal
de vivir. Miércoles... jugo de ceniza,
lunes... pétalos de tiza
en el cristal.
Y... en fin,
tengo todo lo que perdí,
fumo Parisiennes,
toco con Chopin,
cultivo mi jardín,
me pone triste el mar,
y, cuando tardas en venir,
mi cama es una cama de hospital.
Y, además,
tengo una muñeca que regala besos.
¿Algo que decirle a Fito?
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